viernes, 19 de agosto de 2011

MUJER Y CONFLICTO ARMADO



«El hombre no es un ser para la muerte sino para la vida,
 y la vida no es una fuerza para la violencia sino para la libertad»
Hannah Arendt.

Desde la situación actual que estamos viviendo en nuestro país queremos abordar la problemática de la mujer dentro del conflicto de violencia puesto que es muy importante elaborar un análisis reflexivo sobre la posición moral o el dilema existente entre su juicio y las decisiones que se ve forzada a tomar por presiones ejercías por el medio. Este trabajo va a ser abordado desde las teorías del desarrollo moral a partir la ética del cuidado de Carol Gilligan, para luego ser abordado a la luz de la teoría del razonamiento moral planteada por Kohlberg.

La violencia contra las mujeres es de carácter mundial, las situaciones de conflicto armado generan violencia contra las mujeres no solo porque propician condiciones para que manifiesten conductas discriminatorias presentes en la sociedad, sino también porque generan conductas específicamente dirigidas en su contra. Los conflictos armados afectan a las mujeres que son víctimas directas de violencia, a las mujeres madres, compañeras o familiares de otras víctimas, a las mujeres combatientes, a las mujeres que participan en procesos de desmovilización y a las mujeres que participan o que debían participar en la solución de los conflictos.

La mujer colombiana en el actual conflicto armado debe enfrentar numerosas situaciones que son la expresión más cruda y terrible de la violación a todos sus derechos, entre los numerosos atropellos que se ven sometidas las mujeres que forman parte de este conflicto encontramos las redes de prostitución, violaciones, abuso sexual, enfermedades venéreas, el nacimiento de hijos no deseados, maltrato físico, verbal y psicológico entre otros.

Aunque comunidades enteras sufren las consecuencias de la guerra las mujeres y las niñas se ven particularmente afectadas debido a su condición jurídica, social y su sexo. A menudo las partes de un conflicto violan a las mujeres y en ocasiones utilizan las violaciones sistemáticas  como táctica de guerra. Otras formas de violencia contra las mujeres cometidas en los conflictos armados comprender los asesinatos, la esclavitud sexual, el embarazo forzado y la esterilización forzada.

Las mujeres víctimas directas e indirectas de violaciones de derechos humanos y de infracciones al derecho internacional humanitario, sufren de discriminación adicional cuando no están en condiciones de igualdad a la hora de tener acceso a los mecanismos judiciales para establecer responsabilidades y para obtener la reparación de los daños y el restablecimiento de sus derechos. Muchos de los actos de violencia cometidos contra ellas quedan en la impunidad y no tienen posibilidades de reparación. En algunos casos porque las mujeres no los denuncian por temor al señalamiento y a las retaliaciones, o por desconocimiento de los mecanismos para hacerlo.

Todo este tipo de acciones violentas son consideradas como crímenes de lesa humanidad por el convenio de Ginebra, establecido claramente que la violencia contra la mujer es una forma de discriminación, y que como tal, está comprendida entre las conductas que afectan el pleno ejercicio de los derechos humanos de las mujeres.

Una de las injusticias más inhumanas y crueles que afecta directamente el derecho a la vida  se evidencia en las mujeres que padecen este conflicto se ve reflejada en el hecho de que ellas no tienen derecho a ser madres. Dentro de las filas de la insurgencia las mujeres en caso de que lleguen a quedar en embarazo las obligar a abortar en las condiciones más precarias ya que no cuentan con acceso a los servicios de salud y dado el caso que la mujer pueda llegar a concebir a su hijo le es violado su derecho a asumir su papel de madre porque estos niños que son nacidos en medio del conflicto armado son entregados a otras familias que los crían quitándole así todo el derecho a su madre biológica de ejercer su maternidad.

Esta problemática puede ser vista a la luz de la teoría de la ética del cuidado planteada por Gilligan, de acuerdo con sus postulados es posible afirmar que la subordinación de las mujeres no se puede ser defendida moralmente y la experiencia moral de las mujeres debe  expresarse con el mismo rigor y valor que la experiencia moral de los hombres, es decir, el hecho de que la mujer en sus juicios morales emita conceptos de protección y de cuidado no la hace ser inferior y no facilita que sus derechos sean vulnerados como lo vemos reflejado en la problemática planteada acerca de las mujeres en conflicto. Cuando una mujer hace parte del conflicto armado y queda en embarazo surge en ella un dilema ético originado en las responsabilidades que entran a determinar esa situación, los propios deseos y responsabilidades con otros son vistas como un conflicto entre lo que ella haría y lo que debería hacer,  ubicándola en una contradicción entre la labor que ella desempeña en la organización armada y su postura materna innata, que implica que se desarrolle potencialmente la ética del cuidado siendo esta la actitud maternal por excelencia.

La mujer que enfrenta esta situación muchas veces toma la decisión moral  a consecuencia de la sensibilidad a las necesidades de un  otro –un hijo- y el asumir la responsabilidad por cuidar de él hace que ella tome la decisión de retirarse del conflicto armado y trate de iniciar otra nueva vida, en la cual pueda brindar su cuidado y preocupación a ese nuevo ser corroborando con esta decisión la teoría de la ética del cuidado a partir de este momento la mujer no piensa en obtener derechos individuales si no en el sentido de ser responsable de su conducta y no causar daño a nadie, De acuerdo con la teoría el núcleo de la ética del cuidado es poder de los sentimientos, el deseo natural de ser cuidado y el sentimiento ético de establecer y mantener relaciones de cuidado con otros , la mujer al sentir la responsabilidad de brindar  cuidado y protección también experimenta un tipo de vinculo de reciprocidad con su hijo, ya que no solo va a cuidar a alguien si no que ella va sentir que va ser cuidada por alguien.      

Con el fin de hacer un poco más reflexivo este análisis de la problemática o dilema moral que existe en estas mujeres que forman parte del conflicto armado debemos tener en cuenta a las mujeres que continúan en la subversión y permiten de alguna manera todo estos tipos de atropellos a luz de la teoría de Gilligan y con un tinte un poco psicoanalítico podemos decir  que existe un desfase generado en los procesos de separación e individualización, la niña no logra establecer identidad con la madre generando este proceso con la figura paterna, razón por la cual en estos casos ellas tienen una manera diferente de enfrentar sus decisiones morales y tal vez no lo hacen basadas en los principios de la ética del cuidado si no basados un poco más en los principios de justicia y los derechos universales.

El hecho de que una mujer en estado de embarazo decida abandonar los grupos al margen de la ley evidencia que los preceptos de la ética del cuidado se dan a partir de la interacción del yo y los otros, la secuencia del juicio moral en las mujeres parte de una preocupación inicial por la supervivencia, luego pasa a poner énfasis en la verdad, para finalmente, un entendimiento reflexivo de la atención y el cuidado como orientaciones más adecuadas para la resolución de los conflictos humanos.

La problemática que viven las mujeres embarazadas dentro del conflicto armado puede ser analizada también desde la perspectiva planteada por Lawrence Kohlberg, para quien el desarrollo moral esta dado a través de una sola forma válida, invariante y secuencial  para todas las personas, en la que se asumen las condiciones sociales y culturales. El sujeto va construyendo, a lo largo de su vida, niveles cualitativamente diferentes, de juicio o razonamiento moral, los cuales son fruto de la interacción entre tendencias del organismo y las estructuras del medio exterior. Los juicios morales, de acuerdo con esta teoría,  tienen un carácter prescriptivo y no descriptivo, lo que significa que dirigen, guían y constriñen a tomar una decisión. Un juicio moral se produce cuando un suceso genera desequilibrio, que crea un conflicto en el sistema de valores que posee un individuo. Por  tanto,  el hecho de que una mujer sea participe y victima a la vez del conflicto, genera un tipo de desequilibrio que la induce a tomar una decisión,  la decisión que la mujer toma depende del nivel de desarrollo moral que haya alcanzado a lo largo de su proceso de evolución.

El ejercicio del  juicio moral consiste en que la mujer pueda identificar ante sí misma y antes los demás sus decisiones y de esta manera pueda reflexionar acerca de sus valores y sus principios morales, el ejercer el juicio moral es un proceso cognitivo que permite reflexionar sobre los valores y ordenarlos en una jerarquía; es un proceso integrante de pensamiento que es empleado para extraer sentido a los conflictos morales que surgen en la vida diaria.

El tipo de decisión o elección moral, realizada por un sujeto  puede ser explicado a través de la relación que exista entre el razonamiento y la conducta moral, es decir es necesario comprender cómo define cada individuo su identidad moral y la importancia que la dimensión moral adquiere en su propio juicio valorativo, en el sentido que tiene de sí mismo. La identidad moral proporciona una de las principales motivaciones para la acción moral, para comprometerse en las propias convicciones, y la acción se convierte en una prueba de consistencia de uno mismo.

La decisión ante la posibilidad de  abortar o de abandonar las filas para poder ser madre, depende del  nivel de desarrollo y la identidad moral alcanzada por la mujer; Kohlberg asegura que la decisión que la mujer tome esta basada en juicios del deber, sobre derechos y responsabilidades y no en juicios de valor, deseos o necesidades. De ser esta teoría aplicable a la realidad, la mujer en aplicación de su deber y en cumplimiento del derecho a la vida y la justicia, debe optar por retirase del conflicto para poder llevar a cabo la labor de ser madre.

Es importante tener en cuenta al abordar esta temática, que de acuerdo con la teoría de Kohlberg, las mujeres no tienen el mismo nivel de desarrollo moral  que los hombres, las mujeres desarrollan un nivel inferior de ejecución moral. Kohlberg generalizó  acerca del desarrollo moral de mujeres y hombres, dado que su teoría está basada en estudios que toman el modelo masculino como norma, los test diseñados por Kohlberg para evaluar el desarrollo moral muestran  que las mujeres tienen un rendimiento menor, permanecen en el tercer estadio de la escala de desarrollo moral. Para Kohlberg, a diferencia de los hombres,  las niñas tienen dificultades para alcanzar los niveles más altos de desarrollo moral, lo cual, a su modo de ver, representa que las mujeres no alcanzan un proceso de desarrollo moral completo. 

De acuerdo con el postulado anterior, si las mujeres solo alcanzan el tercer nivel de desarrollo en la teoría de Kohlberg, podemos afirmar que el tipo de elecciones morales que dirigen la conducta en el caso de las mujeres  se dan en relación con las expectativas interpersonales mutuas y la asunción de roles sociales, lo correcto es simplemente la persecución de los propios intereses sin hacer innecesariamente daño a otros. Entonces lo correcto resulta ser para las mujeres parte y victimas del conflicto,  abandonar las armas para poder cumplir con el deber universal de ser madre, tratar de iniciar nuevamente la lucha de la obtención de derechos colectividad sin afectar la labor de terceros.

La teoría moral de Kohlberg tiene lugar en la explicación a la  problemática de las mujeres participes en el conflicto armado, en tanto nos permite ver la relación de la decisión moral en torno a la búsqueda de sus derechos personales y colectivos, pero en comparación con la situación real del país, entramos en una fuerte contradicción: si las mujeres abandonan las armas y lo hacen por que desean hacer valer su derecho de ser  madres, como puede ser explicado el hecho de que nunca antes hayan inclinado su decisión moral hacia la consecución de los derechos que le son vulnerados por las partes en conflicto con mayor frecuencia; es decir, por que no pueden asumir la misma posición de defensa que asumen frente a la posibilidad de ser madres en relación con la búsqueda de su libertad sexual,  ideológica y personal. En este punto, no es claro que tanto las decisiones morales son tomadas en relación con la búsqueda de universales,  tampoco es claro, que nos permite asegurar dentro del conflicto los hombres, quienes infringen todo tipo de violaciones frente a los derechos de la mujeres, tienen un nivel de desarrollo moral superior.

Ser mujer y ser madre dentro de un conflicto armado tan cruel y hostil como el que azota a la población colombiana es una decisión moral bastante difícil de asumir, que implica la puesta en juego de muchos elementos, entre ellos algunos que hacen parte de la naturaleza misma de la mujer, como lo es el hecho de dar a luz a un hijo. Las decisiones morales de este tipo pueden ser explicadas a la luz de cualquier teoría moral, pero este hecho no es suficiente para poder alcanzar la plena comprensión acerca de los diferentes juicios morales emitido por mujeres que aunque están en la misma situación se inclinan por determinaciones diferentes. Ser mujer, ser esposa, ser madre, ser hija, ser ciudadana, son algunos de los roles que como mujeres debemos desarrollar dentro de la sociedad, y la ejecución de estos roles determina en gran medida nuestro juicio moral, por esto, el estudio del comportamiento moral es un campo holístico, comprende al ser en todas sus dimensiones, y precisamente allí surge su complejidad.