jueves, 11 de agosto de 2011

Hablando de Maltrato hacia las Mujeres: la posición de una honorable senadora de la República de Colombia

Para escuchar los argumentos machistas de la honorable senadora y PSICÓLOGA  Liliana Rendón en entrevista con Yamid Amat en CM&.... que resultan ser una vergüenza para los psicólogos los comentarios de esta "profesional" haz click en el siguiente enlace. Es aterrador que una mujer pueda referirse a una situación de maltrato como se ve en esta entrevista:    

http://www.youtube.com/watch?v=LZPR925-igM&feature=youtu.be

Reflexiones acerca de la Película Los Coristas

La historia que cuenta esta película se desarrolla en Fond de L'etang Iternat, un “reformatorio” francés donde eran internados niños y adolescentes “difíciles” con “problemas de adaptación y desarrollo  social, problemas de comportamiento” o sujetos en condición de orfandad, que fueron expulsados de su medio y debían estar separados de su núcleo familiar primario para ser “reformados”. Fond de L'etang Iternat, era una institución al servicio de hijos de familias pertenecientes a la clase obrera de escasos recursos, eran un lugar poco agradable, de apariencia hostil, basado en un régimen fascista, que ofrecía un bajo nivel de formación integral, donde la falta de afecto familiar se manifestaba en la mayoría de los niños. En este internado se cometían faltas graves al desarrollo psicosocial de los niños y jóvenes ya que había establecido un “modelo educativo” de represión, transgresiones, castigos y violencia en el que prevalece el castigo físico y psicológico como mecanismo para impartir disciplina.

En esta institución se desarrollan prácticas de enfoque conductista, de carácter  represivo y opresor. El director actuaba como un dictador, creaba reglas sin establecer un consenso, lo hacía guiado únicamente por la irracionalidad, transgredía las normas falto de fundamentos e implementaba castigos que acababa con la dignidad de los sujetos y que coartaban su libertad, con su accionar maltrataba a los niños –y también a los docentes y al personal que laboraba en la institución- de manera verbal, física y psicológica creyendo que de esa manera mantenía la educación, el orden y la disciplina. Tanto el directos como los profesores impartían normas de comportamiento impuestas rigurosamente, exigiendo obediencia, siendo la autoridad de los alumnos absoluta, no existe comunicación bidireccional, solo unilateral. 


La manera habitual que tenían los profesores de tratar a los alumnos era siempre a la defensiva y con algo de desprecio ya que veía la maldad entre los alumnos, manteniendo así una relación masiva con ellos, es decir, generalizándolos y haciendo caso omiso a sus sentimientos y necesidades como seres humanos.  

Dentro de la institución, el director, ha impuesto un sistema de conducta autoritario, positivista y altamente reduccionista, que se materializa a través de la consigna “acción-reacción” que en la práctica implica sin ir más allá de una explicación compleja, que a un acto indebido o acción no tolerada cometida por los niños y jóvenes se responde con un castigo físico y psicológico por parte de los profesores y el director de la entidad. Con este método se condiciona a los alumnos entre un estímulo y una respuesta, desde un punto de vista conductista. Por supuesto esta “conducta institucional” provoca fuertes tensiones entre los miembros de la institución y un alto grado de agresión, entre pares y entre profesores y no conllevan a ningún resultado auténtico, ya que solo sirve para sembrar rencor, opacar los sueños, expectativas e intereses de los niños allí internados.

De manera que la cultura “acción-reacción” va en dirección contraria a los postulados éticos relacionados con los procesos de intervención social, en tanto, la intervención psicosocial y comunitaria defiende una ética social que persigue el bienestar, la salud psíquica y la calidad de vida de grupos o comunidades de personas, aún a costa de alguno de ellos, dentro de los límites del respeto y el derecho a la diferencia, por encima de los intereses, beneficios e incluso necesidades de las personas particulares, la intervención comunitaria ha puesto el bienestar social para cuya consecución no ha dudado en definir como uno de sus objetivos prioritarios el del cambio social. Situación que no se presenta en la figura institucional creada por el director del internado como se describe anteriormente.